Retrato de Suzanna Beckford-Joshua Reynolds

por Marcela Noemí Silva Miér Jul 20, 2022 2:07 pm

Retrato de Suzanna Beckford
Pintor: Joshua Reynolds
Técnica: Óleo sobre Lienzo
Estilo:Rococó
Año:1756
Ubicación: Museo de Tate Gallery-Londres

Cuando Joshua Reynolds inició, en plena juventud, su aprendizaje artístico, llegó a decir que preferiría ser boticario antes que un pintor ordinario, por lo que se entendía retratista, ya que el retrato era el género comercial en el ambiente londinense de la época. Sin embargo, las perentorias exigencias de la vida determinaron que fuera esa su especialidad y que en ella desarrollara su indudable talento.
Su estilo queda nítidamente plasmado en el Retrato de Suzanna Beckford, firmado con las iniciales J:R: y fechado en 1756.
Respecto a la modelo, la inscripción que lleva el cuadro nos informa de las circunstancias personales de la escopetada dama: Suzanna Long, heredera de Basing Park y segunda esposa de Francis Beckford. No sabemos exactamente, quien era esta personaje, pero la familia Beckford se distinguía, a mediados del siglo XVIII, por su riqueza y en ella destacaron políticos y escritores.
Entre las características más llamativas de este retrato se destaca el vestido de seda, estilo francés.
El pintor era un gran admirador de Tiziano y sus ecos como el fondo oscuro con columna
y cortinaje, así como en las luces y brillos sobre la rica tela del vestido demuestran la influencia del pintor italiano.
La combinación de los colores turquesa aguada azul y plata se combinan perfectamente con los adornos de seda en la blusa. El collar, manto de los hombros y mangas volantes son de encaje de seda fina. Su joyería incluye clip en los pendientes (llamado 'encaje'), probablemente hechas de una pasta, y en las muñecas se observan dos brazaletes de seda negra montada con retratos en miniatura.
Por esa época, Reynolds pinta bajo la influencia de cuanto ha asimilado en Italia, donde había permanecido un par de años a partir de 1750 . En efecto sin perder el aire inconfundiblemente británico, el planteamiento y la factura de este retrato parecen recoger los ecos de Ticiano en ese fondo oscuro con columna y cortinaje, así como en las luces y brillos sobre la rica tela del vestido. Cierto es que por ese tiempo le ayudaba, sobre todo en la pintura de ropajes, el italiano Giuseppe Marchi a quien había traído de Roma.
Reynold era ya retratista de moda con una firma cotización. En aquel entonces cobraba 12 guineas por un retrato de busto, 24 por media figura, y 48 por la de cuerpo entero, precios que multipllicaría por cuatro unos veinticinco años más tarde, con tarifa doble que la de su rival Gainsborough.

Grandes obras de la pintura universal.
Museo de Jeu de Paume y Tate Gallery
Editorial Planeta
Texto de Luis Monreal